El arquitecto técnico se encarga de coordinar y supervisar el desarrollo de la obra, asegurando que se cumplan los plazos establecidos, los presupuestos y los requisitos técnicos.
Realiza la medición de las obras y prepara presupuestos detallados que incluyen los materiales, los costes de mano de obra, los tiempos de ejecución, etc.
Garantiza que los materiales y las técnicas utilizadas en la obra sean de buena calidad y que se ajusten a las normativas vigentes de seguridad, accesibilidad y sostenibilidad.
Durante la fase de construcción, supervisa que todo se ejecute de acuerdo con los planos, las especificaciones
y las normativas. Además, coordina a los diferentes profesionales de la obra, como albañiles, carpinteros, fontaneros, etc.
Se encarga de la implementación de planes de seguridad y salud en la obra, velando por el cumplimiento de la
normativa vigente para evitar accidentes y riesgos laborales.
Ofrece consejos y asistencia técnica tanto a los arquitectos como a los ingenieros y otros profesionales que intervienen en el proyecto. También puede asesorar a los clientes sobre decisiones técnicas.
Se encarga de gestionar los permisos necesarios para la ejecución de la obra, como las licencias de construcción y las autorizaciones pertinentes, además de asegurarse de que el proyecto cumpla con la legislación urbanística y medioambiental.
El arquitecto técnico realiza los replanteos, es decir,
establece las referencias y coordenadas exactas en el terreno para asegurar que la construcción se realice de acuerdo a los planos.
Ofrece consejos y asistencia técnica tanto a los arquitectos como a los ingenieros y otros profesionales que intervienen en el proyecto. También puede asesorar a los clientes sobre decisiones técnicas.
En algunas ocasiones, el arquitecto técnico puede asumir la dirección de la obra, coordinando a todos los operarios
y responsables de las distintas fases del proceso constructivo.